Preámbulo y Alumbramiento

Preámbulo y Alumbramiento



Aquí nace este blog colectivo y abierto. Unos cuantos “atrevidos”, apasionados de la cultura en sentido amplio, lo ponen en marcha simplemente porque sí, porque todo camino empieza con un primer paso y porque alguien debe echar a andar un proyecto, sin más. Pero no se trata de inaugurar algo -que para cortar una cinta sobrarían gerifaltes voluntarios- sino más bien darle un primer empujón y que tenga continuidad. Los colaboradores iniciales quieren sólo promover e impulsar, no capitalizar este espacio. Lo ideal sería que el blog se nutriese con la aportación de muchos entusiastas que tienen algo que mostrar y se deciden a hacerlo, asumiendo y respetando la fórmula, la filosofía y los principios recogidos en el decálogo del blog. Ellos son los invitados a participar, ellos son los elegidos.

Para participar, puedes enviar tu colaboración al correo :
mansillacultura2012@gmail.com

lunes, 15 de julio de 2013

Quién te ha visto y quién te ve…!!!

De Toño García Ceballos


Metamorfosis de la Fuente de los Prados, desde los años 60 hasta hoy. No se trata de foto-montaje ni de foto-denuncia: es la realidad, es lo que hay










martes, 2 de julio de 2013

Universo Simpson

Todo el mundo los conoce, los que seguimos asiduamente sus andanzas y los que no. Los Simpson no necesitan presentación a estas alturas. Después de casi un cuarto de siglo desde su creación y de más de 500 capítulos, la teleserie constituye ya una monumental (y genial) radiografía (en clave de comedia o de sátira, da lo mismo) de una sociedad y de una época.

Muchas veces se ha dicho que no es una serie para niños sino para adultos, por sus guiños cinéfilos, musicales, bíblicos, culturales o televisivos, por sus chistes y su humor corrosivo e irreverente, por su ridiculización de la sociedad americana, etcétera. Es verdad. El cincuentón amigo C. –algo exagerado y radical, pero listo- me confirma esa idea. Conoce de memoria cada capítulo y cada detalle de la serie, y lo que es más curioso, toda la actualidad, todo lo que ocurre en el mundo, él lo pasa por el filtro de los famosos dibujos. Quiero decir que C. utiliza la referencia Simpson para apoyar cualquier afirmación o idea propia, ellos son su fuente de inspiración, los cita constantemente y se muestra convencido de que en ellos está todo, cualquier explicación de la crisis actual, de las situaciones bélicas, de la política, de la educación, del medio ambiente, de la familia, del deporte, de la religión… Para él, esa serie conforma su visión del mundo, sus personajes son el arquetipo de un ciudadano medio y Springield podría ser cualquier rincón de este planeta. Exacto, a muchos lugares se puede trasladar el modelo Simpson y clavarlo. Sí, en tantas cosas, también a España. ¡Mosquis!

Javier Cuesta

A vueltas con el voto

 












Las casualidades existen, dijo alguien alguna vez. No sé si es eso, pero últimamente todos los mensajes con los que me encuentro en las paredes hacen referencia siempre al dichoso voto, al devaluado, ineficaz, inservible, superfluo, ridículo, menospreciado, inútil, prescindible voto. Y ya lo ves: tal como está diseñada hoy nuestra democracia, no parece que disfrute de mucho crédito para el que debiera ser su principal depositario: el pueblo. Sí, el pueblo que escribe su sentir en las paredes.

J. Cuesta

Escaño y dieta

“Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón”
( Celine, Viaje al fin de la noche)

Después de trabajar durante medio siglo en el campo, al sol, al agua, al frío… segando, trillando, regando, lavando… a esa pobre mujer le ha quedado una puta pensión de quinientos y pico euros cada mes. Yo lo conozco bien, sé de qué hablo.

Sesenta caraduras congresistas cobran tres veces más (exactamente 1.823 euros mensuales, a mayores de su millonario sueldo) solo en concepto de plus, de dieta, por ser de fuera aunque todos tienen casa en Madrid, etcétera. Y el Tribunal Supremo bendice esa fechoría. Sin vergüenza todos, diputados y jueces.

¿Hay derecho a eso, debemos soportar tanta injusticia? ¿Es legítimo tanto desequilibrio, tanto agravio?

Hay que ver, cómo han cambiado el lenguaje y la moral.
Antes el escaño era un banco de madera que había en la cocina, en el que descansaban mientras comían –si había qué- los sufridos hombres rurales después de sudar la gota gorda. Ahora el escaño es el suntuoso triclinio en el que sus señorías bostezan y se insultan entre sí, donde posan sus obscenos culos, exhiben impecables corbatas italianas y levantan su adulterado dedo cuando les ordena el jefe.
Antes la dieta era el ayuno frecuente –demasiado habitual- que les quedaba a los pobres hombres rurales cuando no había nada que echar en el plato. Ahora la dieta es una desorbitada recompensa indecente otorgada a sus señorías por ir de turismo laboral a la capital de la nación.
Cuánto sarcasmo.

J. Cuesta

Él nunca lo haría

El perro fiel aguarda al amo caminante en la puerta de la parroquia de Santa María de Mansilla, quieto y subido encima de la mochila para que nadie la toque. Es una estampa deliciosa y divertida. La foto resulta más actual ahora que aparece la noticia en los periódicos locales de que cada día un perro es abandonado por su dueño y debe ser recogido por la Protectora de Animales. En cambio el perro –ya lo ves- nunca hace algo así, nunca escapa ni huye ni abandona ni se olvida de su amo ni siquiera de su mochila y ni siquiera lo hace cuando el dueño le trata mal y le pega y le mata de hambre. El perro es más noble y más leal que, por ejemplo,… que… que… bueno, no me sale la palabra exacta. Mejor lo ilustro con un chiste que (como todo ahora) supongo será políticamente incorrecto: “tú olvida encerrados durante dos horas en el maletero del coche al perro y a la mujer; cuando llegas y les abres, ¿quién de los dos se alegra más de verte?”

J. Cuesta

Circo (sin pan)

Se conoce que la tendencia es descendente. Sabíamos que el circo y el teatro se habían instalado hace tiempo en el Congreso, en el Senado, en las Diputaciones, en los parlamentos autonómicos, en los tribunales… Al parecer, ahora están llegando también a la calle, a los semáforos, a las plazas… Con la diferencia de que este último es un espectáculo de los que no tienen pan. Lo habíamos visto antes en las grandes ciudades, en las que siempre se dice que “hay de todo”, pero todavía no en la nuestra. Ahora encontramos al malabarista de la foto entreteniendo la espera a los conductores de la plaza Santa Ana de la capital. Tal vez aquí el Ayuntamiento le condone el euro que sí exige a los músicos callejeros, salvo que le escuchen silbar alguna melodía pegadiza (entonces, que se dé por jodido el artista).

J. Cuesta