Es
cruel recordar el sabor
De
las vivencias pasadas
Amontonadas
en los recuerdos
Que
hacen retroceder el tiempo.
La Estrella fue lugar de encuentro
Donde
los ojos eran relámpagos
Entre
párpados con luz verde
En
busca de la princesa oculta.
Cuando
la música se hacía presente
Los
sentidos inspiraban versos
Que
lentamente abrían los ojos
Y
así contemplar las bellas flores.
Las
había naturales como las rosas
Con
su cuerpo juvenil y maravilloso
Provocadoras
de lujuria en la mente
Al
tenerla cerca de ti… y mirarla.
Sin
recuerdos no es posible la vida
Saber
enamorar en aquellos tiempos
En
una especie de limbo y ojos vidriosos
Era
descubrir la debilidad humana.
La
reverberación del sonido
Mezclado
con el eco de las palabras
Acercaba
miradas y comportamientos
Al
interior de corazones en silencio.
Yo
siento un regustillo amargo
Ligado
a mi vida y a mis recuerdos
Bajo
la figura siempre presente
De
aquella Estrella tan reluciente.
Como
astro en un discreto silencio
Sólo
quiero que su ganada historia
Perdure
en una limpia memoria
Con
signos de un pasado hermoso.
Pencho…
creador de esa Estrella luminosa
Fue
pregonero de sus encantos
Dando
renombre a Mansilla
Más
allá de los sueños perdidos.
Los sentidos en la Estrella / aparecieron
con el ritmo / de unas notas que tenían / la mezcla de sabia buena. / La mente
de su creador / dio forma a toda ella / audaz en su comportamiento / e ideas
que muchos disfrutamos. / La
Estrella y Pencho / dieron vida a Mansilla / juntos
descubrieron / la existencia del deseo.
Manolo
Francisco