El asunto se
ha planteado recientemente: cambiar el nombre de algunos pueblos, por ser
políticamente incorrectos (Matajudíos, Matamoros...)
Otros ya los cambiaron
antes, por ser poco eufónicos: Guarromán, en Jaén; Los Infiernos, en Murcia;
Peleas de Arriba y Abajo, en Zamora; Barba del Puerco, en Salamanca… Todos
ellos, y muchos otros, ahora tienen nombre distinto. Nada es inalterable. Incluso
en León, lo que hoy es Santiago de la Valduerna era hasta hace poco Sacaojos. ¿Y
Mansilla? ¿Por qué no?¿Del Esla, del Camino? ¿Del Sur, del Este? ¿Del Río, del
Mar? Mansilla de… ¿de qué?
Mi voto:
Mansilla. A secas. Punto.
Javier Cuesta
Mansilla del Real Camino... como siglos atrás.
ResponderEliminarEl debate del cambio de nombre puede resultar estéril. Lo que conviene es un debate para abundar en el conocimiento de las historias que han dado motivo a esas denominaciones, más o menos acertadas, pero todas con un carga de cultura, de tradición, y de cariño... Y conocer una cosa es empezar a quererla, o quererla más...
ResponderEliminarA . Escalada, eres el unico cuerdo. Que tonterias son esas de cambiar el nombre a MANSILLA DE LAS MULAS?, se nota que esta gente no tiene otra cosa que hacer,
EliminarYo también me uno a los dos últimos contertulios. En primer lugar, no podríamos llamar a nuestro pueblo "Mansilla a secas", porque existen otras Mansillas, y no sólo en nuestra provincia, con lo cual, necesita un apellido para reconocerla. Y en segundo lugar, no quitemos a nuestro pueblo el recuerdo de la gran, grandísima importancia que tuvo allá por los siglos XV y XVI al ser el centro principal de la feria y comercio de estos animales, que contribuyeron a "dar el pan de cada día" a todo el país e incluso fueron exportadas muy lejos. Orgullosos debemos de estar de este sobrenombre, y las mulas - no sé si todavía existen- son muy dignas de que un pueblo las recuerde en su nombre. Paz Abad
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