Como
ya estoy caminando hacia la tercera edad,
me
tendré que ir previniendo sobre dónde quiero estar…
y
como una residencia no me la puedo pagar,
a
Mansilla de las Mulas seguro que iré a parar.
La
estancia allí será gratis, tendré buena mesa y cama,
y
variados menús para toda la semana…
y
revisiones periódicas de boca, vista y oídos,
de
juanetes, de almorranas y de todos los sentidos.
Si
me caigo, que es muy fácil en esta tercera edad,
equipos
de vigilancia me acudirán a auxiliar…
Tendré
gimnasio, piscinas, salas de juegos y Spa,
y
compañía de teatro, rondalla, orquesta y demás,
salón
de baile, informática… ¿puedo pedir algo más?
Estudiar
una carrera… ya no lo voy a intentar
por
más que amable la cárcel me lo va a proporcionar;
y
no me voy a aburrir, porque hasta en mi habitación,
tendré
programa a elegir en Samsung televisión.
Como
no pienso salir, mejor ¿dónde voy a estar?
el
subsidio de parados al Gobierno voy a ahorrar
y
así medrarán las arcas por si alguien quiere robar.
La
etapa de mi vejez, será un sueño… será un cielo…
hasta
todas las semanas tendré derecho a un agüelo;
y
para evitar sorpresas, la cárcel tiene razones
para
repartirnos gratis segurísimos condones.
(Por
los derechos humanos, excusado es señalar,
que
si alguno pide Viagra, también se la van a dar).
Abuelos
de toda España, la fuerza la hace la unión;
así
que unámonos todos y hagamos la petición…
reservemos
previsores, una buena habitación.
¿Residencias?
pa’ políticos, que ellos las pueden pagar
y
las cárceles-hoteles, para la tercera edad.
(aunque
las hagan con miras por si ellos tienen que entrar).
Sí,
nosotros preparémonos para viajar a León,
a
la cárcel que en Mansilla tiene esa Diputación
y
a ver si cunde el ejemplo en toda nuestra nación.
María Fernández Villa
(desde Valencia del Cid)
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