Podría decir que estoy de acuerdo con este graffiti
de la pared del Barrio Húmedo: “pan para rajoy, hambre para mañana”. Podría
decir lo que el mensaje me sugiere a bote pronto: los mayores ingresos por la
subida del IVA (ahora) traerán menos consumo y pérdida de empleo (después). Podría
decir que la pintada enlaza mi subconsciente –no sé por qué- con dichos populares
como “no está hecha la miel para la boca del cerdo” o “siempre da dios mocos al
que no tiene pañuelo”, etcétera. Podría decir todas esas cosas y muchas otras
maldades que se me ocurren, pero –plagiando a la ilustre bloguera A. Nieto, en
su entrada de julio- diré sólo que “el ingenio está en la calle”. Yo también
proclamo y exclamo que el ingenio en estado puro está en el pueblo. En los
bares, en los foros, en las tapias. Talento condensado, telegráfico, certero.
Letal.
(Como aquello que siempre cuenta Panines
hijo: la inscripción en la pared del cementerio de Palanquinos que decía “come
patatas, contamos contigo”. ¿No es sencillamente genial?)
Javier Cuesta
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