Preámbulo y Alumbramiento

Preámbulo y Alumbramiento



Aquí nace este blog colectivo y abierto. Unos cuantos “atrevidos”, apasionados de la cultura en sentido amplio, lo ponen en marcha simplemente porque sí, porque todo camino empieza con un primer paso y porque alguien debe echar a andar un proyecto, sin más. Pero no se trata de inaugurar algo -que para cortar una cinta sobrarían gerifaltes voluntarios- sino más bien darle un primer empujón y que tenga continuidad. Los colaboradores iniciales quieren sólo promover e impulsar, no capitalizar este espacio. Lo ideal sería que el blog se nutriese con la aportación de muchos entusiastas que tienen algo que mostrar y se deciden a hacerlo, asumiendo y respetando la fórmula, la filosofía y los principios recogidos en el decálogo del blog. Ellos son los invitados a participar, ellos son los elegidos.

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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Torre de San Martín

      Un sencillo homenaje a nuestra torre, que acabamos de estrenar remozada y sin veleta… y sin su “ángel de la guarda”, la cigüeña.
Siempre se pierde algo…


TORRE  DE
      SAN                                     
                 MARTÍN

La torre de San Martín                                   
tiene un ángel que la guarda,
con las alas de cigüeña
y con una espada larga.

Centinela de los siglos,
cuenta la historia, engarzada
en sus ojos de vigía
con pupilas de campana.

La torre de San Martín,
alma de incienso elevada,
erguida está como flecha
de plegaria bien rezada.

Sus aristas ponen frío
el aire de la mañana,                                                         
Fotos Toño Ceballos
y se viste, como un monje,
la cogulla de pizarra;
y cuando hay lluvias y vientos
y las furias se desatan,
con un giro de veleta
pone tormentas en calma.

Es su mástil de sillares
oblación de piedras santas,
y es su aguja hecha cruz
pararrayos de esperanza,
saeta que apunta al cielo,
pastora de nubes blancas
en litúrgica ascensión
de Ángelus y alabanzas.                                       
                                         
Anclada fuerte en la tierra,
en Dios pone la mirada,
y entreteje una oración
en los badajos de plata.
Y aunque el destino le impide
echar al vuelo campanas,
canta el Domingo de Gloria
las aleluyas del alba.

La torre de San Martín,
alma de incienso elevada,
sonámbula de infinitos
en las noches estrelladas,
con suspiros teologales
se hace mística y arcana.

En el lento adormecer
de la tarde sosegada,
enredado a su silueta
el cielo le canta nanas.
Y como el tiempo le impide
echar al vuelo campanas,
la torre de San Martín
duerme y sueña; reza…y calla.

Paz Abad  Lozano

3 comentarios:

  1. ya echábamos de menos la impagable aportación de Paz a este blog
    muchas gracias, entrañable amiga!!

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  2. No os preocupéis, Paz del Pueblin no se olvida

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por vuestros comentarios. ¿Cómo olvidar mi pueblo? Sería como olvidar que tienes que respirar. Yo no me olvido porque nunca he sentido que estaba fuera.

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