De Pablo Neruda
La calle / se llenó de tomates, / mediodía, /
verano, / la luz / se parte / en dos / mitades / de tomate, / corre / por las
calles / el jugo. (…)
Tiene / luz propia, / majestad benigna. /
Debemos, por desgracia, / asesinarlo: / se hunde / el cuchillo / en su pulpa
viviente, / es una roja / víscera, / un sol / fresco, / profundo, / inagotable,
(…)
(…) y sobre / la mesa, en la cintura / del
verano, / el tomate, / astro de tierra, / estrella / repetida / y fecunda, /
nos muestra / sus circunvoluciones, / sus canales, / la insigne plenitud / y la
abundancia / sin hueso, / sin coraza, / sin escamas ni espinas, / nos entrega /
el regalo / de su color fogoso / y la totalidad de su frescura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.