Un
verso mágico –diríase dictado
por
Calíope- y uno notable
y
otro sencillamente normal;
el
párrafo sublime, una frase correcta,
esa
palabra exacta que
todo
autor anda procurando siempre;
una
idea genial, el título anhelado,
aquel
final perfecto que a medianoche
te
asalta para un relato en ciernes.
Existen
cosechas excelentes y
textos
espléndidos. Hay
talento,
hay oficio, simples ocurrencias
y
literatura sólo pasable, mediocre, prescindible.
Mas
todo, todo vale la pena “ser leído”,
aunque
acaso no siempre
merezca
todo publicarse.
F.B.
Por eso, quizás, a mi me gusta este "poema inédito": http://ciudadanoele.blogspot.com.es/2011/03/lo-inedito.html
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