(Foto de "Maese" Ceballos) El pillastre monje Gonzalo conocía a Justina, la Pícara; o viceversa. Está muy claro... |
Déjenme ustedes que me invente alguna,- bien inocente -; pero tan creíble como otras patrañas que nos han contado...
Leyenda de estos tiempos, (inventada, por supuesto):
Érase una vez un "caballero del Rey"; y que por eso le apellidaban "Reyero". Se cuenta que vivía cabe de Rueda, en una casa que fuera feudo de un Almirante del mismo Rey; y su hacienda, aunque escasa, le daba de sobra para vestir con la elegancia de un cortesano, para pasar días de solaz, sin hacer nada; y para bajar a la villa de Mansilla, en los días de feria, a comer en la fonda de Justina, la Pícara.
De Mansilla de las Mulas venía una tarde, acompañado de una dama, que las lenguas curiosas decían que era la mismísima Justina. Llegaron los dos contentos al Monasterio de San Miguel de Escalada, y decidieron rezar una salve a Nuestra Señora, que estaba por aquellos días expuesta en la capilla de San Gonzalo, que fue Panteón de los Abades, y tras muchos siglos, cementerio del común de los mortales de todo el pueblo.
Y aquí los tenemos. Al caballero y a la dama, en una fotografía más... Bien "pillados".
"Pillado" del caballero del Rey (M.R. , propietario de esta foto) |
Está muy claro...
En otro momento refrescaré la memoria de las "milagrosas andanzas" del monje Gonzalo...
(A. Escalada)
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