Preámbulo y Alumbramiento
Preámbulo y Alumbramiento
Aquí nace este blog colectivo y abierto. Unos cuantos “atrevidos”, apasionados de la cultura en sentido amplio, lo ponen en marcha simplemente porque sí, porque todo camino empieza con un primer paso y porque alguien debe echar a andar un proyecto, sin más. Pero no se trata de inaugurar algo -que para cortar una cinta sobrarían gerifaltes voluntarios- sino más bien darle un primer empujón y que tenga continuidad. Los colaboradores iniciales quieren sólo promover e impulsar, no capitalizar este espacio. Lo ideal sería que el blog se nutriese con la aportación de muchos entusiastas que tienen algo que mostrar y se deciden a hacerlo, asumiendo y respetando la fórmula, la filosofía y los principios recogidos en el decálogo del blog. Ellos son los invitados a participar, ellos son los elegidos.
Para participar, puedes enviar tu colaboración al correo :
mansillacultura2012@gmail.com
Aquí nace este blog colectivo y abierto. Unos cuantos “atrevidos”, apasionados de la cultura en sentido amplio, lo ponen en marcha simplemente porque sí, porque todo camino empieza con un primer paso y porque alguien debe echar a andar un proyecto, sin más. Pero no se trata de inaugurar algo -que para cortar una cinta sobrarían gerifaltes voluntarios- sino más bien darle un primer empujón y que tenga continuidad. Los colaboradores iniciales quieren sólo promover e impulsar, no capitalizar este espacio. Lo ideal sería que el blog se nutriese con la aportación de muchos entusiastas que tienen algo que mostrar y se deciden a hacerlo, asumiendo y respetando la fórmula, la filosofía y los principios recogidos en el decálogo del blog. Ellos son los invitados a participar, ellos son los elegidos.
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miércoles, 29 de agosto de 2012
martes, 28 de agosto de 2012
viernes, 17 de agosto de 2012
Indignados no, emputecidos
Otra vez el
graffiti, en una calle de León. Pero, ya ves, esta pintada es otra cosa: estos son los hogares de los ricos, y debajo
muchas cruces. Cruces, ataúdes, muerte. Aquí ya hay mucho cabreo, rencor,
incluso venganza. No ya indignación sino emputecimiento.
¡Ojo, cuidado
con ello! Detrás del mensaje directo subyace otro aviso que es todo un recadito:
aquí nunca pasa nada hasta que pasa algo, no saltamos nunca hasta que saltamos
de golpe. Y una pintada puede acabar en revuelta y una revuelta en revolución y
una revolución en otra reconquista, pero esta vez de derechos y libertades
perdidas, conculcadas miserablemente.
Ya un
historiador foráneo (Gerald Brenan) que analizó muy bien nuestro carácter y
nuestros comportamientos como pueblo, advirtió hace casi setenta años que los
españoles tardan en estallar, pero que cuando se levantan tiembla el misterio, lo
llevan todo por delante y no hay quien los pare: ni moros, ni judíos, ni
franceses, ni alemanes… ni los ricos.
Así que está
todo escrito, de una forma u otra, en los libros de Historia o en las paredes,
pero todo está escrito. Y pronosticado.
Javier Cuesta
viernes, 10 de agosto de 2012
Exposición "El Gran Río Esla"
De Toño Morala
En la terraza de “La Taberna de Gelo” de
Mansilla de las Mulas.
Una secuencia de imágenes con textos, un
recorrido por el tramo del Esla desde Gradefes hasta Villanueva de las Manzanas
y un paseo por la historia y por la cultura de los Monasterios.
El viaje literario incluye:
- · Monasterio Cisterciense de Santa María de Gradefes
- · Monasterio de San Miguel de Escalada
- · Aserradero Hidráulico de Vega de los Árboles
- · Molino de Villafalé
- · Mansilla de las Mulas: murallas, puente, Museo Etnográfico (Convento de San Agustín)
- · Monasterio de Villaverde de Sandoval
Reflexiones
UN
DICHO: En la edad Media se decía que un hombre sin dinero era la imagen misma
de la muerte.
UNA CONSIDERACION: Uno es
materialista cuando hay materia,
sino, la austeridad está garantizada por falta de oportunidades.
F. Llorente
Buenos días princesa
¡Ah, el arte
del graffiti! Las pintadas en tapias y paredes de nuestras ciudades son siempre
un canto a la espontaneidad, un estallido de ingenio, una revolución. Las hay
absolutamente brillantes, nacidas de la genialidad del individuo anónimo, del
talento popular en estado puro, como un arrebato de frescura. Hay frases
divertidas, muchas beligerantes, alguna lapidaria…
Fijémonos
en esta: ¡qué naturalidad! Una pared
blanca, tres palabras, un mensaje.
Él, sea
quien sea, escribiendo unas pocas letras temblorosas, sinceras mientras piensa
en ella, sea quien sea también y que quizá nunca sepa del ímpetu de su chico.
¿Qué importa? Lo sustancial es el mensaje, la voluntad, el descaro. Él no
necesita identificarse pero tampoco se oculta. Le basta una frase, un lema, una
declaración. Tres palabras. Tiernas en su sencillez, profundas en su laconismo.
Solo necesita tres palabras para decir todo, para dar la bienvenida a la
mañana, al día, a su chica, a la vida: buenos días. Después, princesa. Etiquetarla
así es elevarla aún más, a reina de su mundo, de sus actos, de su corazón, es
confesarle admiración total, idolatría (princesa: nada que ver con la creciente
connotación peyorativa del título, en términos monárquicos.)
Tal vez pueda
sobrar (pero esto es ya una opinión muy personal) el dibujo, el corazoncito,
infantil, ñoño para mi gusto. Sin embargo, aunque así fuese, eso no invalida
nada de lo anterior, no anula ese espontáneo grito estampado contra un muro
blanco, inmaculado, universal. Gloria al atrevimiento, a la chispa, al ingenio,
al desparpajo. Fuera jueces arbitrarios y come-langostas: las únicas sentencias
válidas deberían decretarse en las paredes.
Javier Cuesta
viernes, 3 de agosto de 2012
Estrella de ayer
Sucede que
una vez hubo una sala de fiestas, una espectacular sala que era como una
estrella ingente que guiaba la vida de la villa. Alumbraba la noche, con cientos
de luces y miles de almas (o viceversa), y en sus rincones tantas parejas se
fundieron y fundaron -sin pensarlo, tal vez- sus planes, sus familias, su
futuro.
La más
popular de las discotecas de la provincia era visitada semanal y
preceptivamente por jóvenes y mayores, estudiantes
refinados o toscos obreros, de cerca y de lejos, curiosos ocasionales o asiduos
parroquianos. Todos.
Sucede que
el paso del tiempo –colérico, inclemente- dejó huella cruel entre sus paredes:
en vez de rumbas, silencio, en lugar de cálidos abrazos, humedad, en vez de
lucecitas, desconchones. Melancolía insuperable donde había romances
incipientes. Lo que fue vida, noche alegre, fiesta y esplendor es ahora decaimiento,
convalecencia, vejez. Nostalgia, finalmente.
Y la rutilante
estrella de ayer, de antes, de anteayer, ha quedado atrapada por las telarañas
de hoy, de aquí, de ahora. ¿Quién dijo que el tiempo pasa que es una bendición?
Mentira, pasa que es una adversidad, una canallada.
Javier Cuesta
miércoles, 1 de agosto de 2012
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