Un sencillo homenaje a nuestra torre, que acabamos de
estrenar remozada y sin veleta… y sin su “ángel de la guarda”, la cigüeña.
Siempre se pierde algo…
TORRE
DE
SAN
MARTÍN
La torre de San
Martín
tiene un ángel que
la guarda,
con las alas de
cigüeña
y con una espada
larga.
Centinela de los
siglos,
cuenta la
historia, engarzada
en sus ojos de
vigía
con pupilas de
campana.
La torre de San
Martín,
alma de incienso
elevada,
erguida está como
flecha
de plegaria bien
rezada.
Sus aristas ponen
frío
el aire de la
mañana,
Fotos Toño Ceballos |
y se viste, como
un monje,
la cogulla de
pizarra;
y cuando hay
lluvias y vientos
y las furias se
desatan,
con un giro de
veleta
pone tormentas en
calma.
Es su mástil de
sillares
oblación de
piedras santas,
y es su aguja
hecha cruz
pararrayos de
esperanza,
saeta que apunta
al cielo,
pastora de nubes
blancas
en litúrgica
ascensión
de Ángelus y
alabanzas.
Anclada fuerte en
la tierra,
en Dios pone la
mirada,
y entreteje una
oración
en los badajos de
plata.
Y aunque el
destino le impide
echar al vuelo
campanas,
canta el Domingo
de Gloria
las aleluyas del
alba.
La torre de San
Martín,
alma de incienso
elevada,
sonámbula de
infinitos
en las noches
estrelladas,
con suspiros
teologales
se hace mística y
arcana.
En el lento
adormecer
de la tarde
sosegada,
enredado a su
silueta
el cielo le canta
nanas.
Y como el tiempo le
impide
echar al vuelo
campanas,
la torre de San
Martín
duerme y sueña;
reza…y calla.
Paz Abad
Lozano
ya echábamos de menos la impagable aportación de Paz a este blog
ResponderEliminarmuchas gracias, entrañable amiga!!
No os preocupéis, Paz del Pueblin no se olvida
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. ¿Cómo olvidar mi pueblo? Sería como olvidar que tienes que respirar. Yo no me olvido porque nunca he sentido que estaba fuera.
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