En la Plaza de la Leña de Mansilla está ubicada la conocida como Casa Badás, una construcción del siglo XVIII y que mantiene el estilo arquitectónico tradicional de la época. El edificio constituye una de las últimas muestras de las arcaicas construcciones realizadas sobre la base del barro en su revestimiento, en tapial y adobe, y con una estética singular, llamativa y armoniosa a la vez. En ese sentido se convierte en ejemplar modélico dentro de la tipología rural de las casas de labranza de antaño: vivienda en la parte delantera y anejos para establos y almacén agrícola en la trasera, con acceso a la calle posterior. Ambos cuerpos se articulan con un patio-corral y otro cuerpo constructivo “corredor” en forma de cierre en “U” tan repetida en las arquitecturas tradicionales de la ribera del río Esla.
Pues bien, en esa edificación ha actuado recientemente un Taller de Empleo (Astura) con el objeto de restaurar un inmueble de valor único, respetando aquellas singularidades descritas. Sólo eso sería ya un motivo poderoso para la actuación. Pero es que además dicha casa está ligada, en la memoria colectiva y en el imaginario popular, al personaje literario por excelencia de la villa, la Pícara Justina, cuyos padres “…pusieron mesón en Mansilla, que luego se llamó de las Mulas, por una hazaña mía (de Justina)…” etcétera. Razón de más para conservar y mimar una casa emblemática, pues las leyendas –ya se sabe- no hace falta demostrarlas: se creen o no se creen.
Jesús Zapatero
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