De Toño García
Cipriano Barredo es de esas gentes de Mansilla a las que su apodo no les molesta. Al contrario, él lo tiene asumido y además le parece un sobrenombre afectuoso. “Panines” cumple cien años el día 28 de diciembre, con una salud envidiable y una mente lúcida. Dicen sus hijos que sale barato a la Seguridad Social, que ni siquiera toma una aspirina, y él mismo así lo reconoce: “desde luego, yo de la salud no puedo quejarme”.
“Panines”, un tipo campechano y trabajador, que conoció penurias, madrugones y escasez en aquellas épocas duras, de infausto recuerdo, un hombre que luchó, viajó y conoció mucha gente en todo un siglo, que tiene muchas historias que contar todavía y que vivirá para contarlas. De hecho, cuando le recuerdan sus hijos que va a cumplir cien años se ríe y les mira con cara de sorpresa, como si no les creyera; les mira y se ríe con sorna, como si a sus hijos se les hubiera ido la cabeza. Él, con sus cien años a cuestas, sólo necesita un brasero para calentar los pies y una partida de dominó cada tarde. Y se da cuenta muy bien de cómo está el panorama en estos tiempos, cuando dice –chascando dos dedos con un gesto inequívoco y resumiendo la situación en una expresión muy elocuente- que “… ahora, no da la cosa”.
"Panines" recibió el homenaje de sus vecinos. |
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