Frío,
ese frío en tus labios
al dar un beso cálido
en la piel muerta
de aquel que nunca se dio la vuelta.
Calor,
calor al recordar
qué tipo de sangre recorría sus venas
y darte cuenta de que alguna vez
sí giró la cabeza:
a otro lado,
a ese lado en el que solo Dios sabe
si actuaba de forma correcta
o convertía la vida cotidiana
en una tragicomedia.
ese frío en tus labios
al dar un beso cálido
en la piel muerta
de aquel que nunca se dio la vuelta.
Calor,
calor al recordar
qué tipo de sangre recorría sus venas
y darte cuenta de que alguna vez
sí giró la cabeza:
a otro lado,
a ese lado en el que solo Dios sabe
si actuaba de forma correcta
o convertía la vida cotidiana
en una tragicomedia.
Añedul
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