Siento predilección por las citas, porque casi siempre reflejan mejor lo que pensamos y suelen resumir en una frase aquello que muchos necesitaríamos todo un tratado para expresarlo. La anterior, por ejemplo, aun siendo quizá poco célebre resulta de lo más actual para definir el panorama que nos rodea: incumplir las promesas electorales y tomar decisiones sin considerar la voluntad de los ciudadanos es practicar la arbitrariedad, el abuso, el autoritarismo; gobernar de espaldas al pueblo es ejercer la arrogancia y provocar el desorden. Esto es así en cualquier círculo de influencia, ámbito de actuación o comunidad. A nivel local, comarcal, provincial, regional, nacional, mundial o galáctico. Da igual. Pero lo peor de todo es que sin duda la culpa es nuestra, sólo nuestra, siempre nuestra: adormilados, cobardes, conformistas. Así que acabo con otra cita, para completar y redondear el mensaje anterior:
“Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados” (Jacinto Benavente)
Javier Cuesta
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