El perro fiel aguarda al amo caminante en la puerta de la parroquia de Santa María de Mansilla, quieto y subido encima de la mochila para que nadie la toque. Es una estampa deliciosa y divertida. La foto resulta más actual ahora que aparece la noticia en los periódicos locales de que cada día un perro es abandonado por su dueño y debe ser recogido por la Protectora de Animales. En cambio el perro –ya lo ves- nunca hace algo así, nunca escapa ni huye ni abandona ni se olvida de su amo ni siquiera de su mochila y ni siquiera lo hace cuando el dueño le trata mal y le pega y le mata de hambre. El perro es más noble y más leal que, por ejemplo,… que… que… bueno, no me sale la palabra exacta. Mejor lo ilustro con un chiste que (como todo ahora) supongo será políticamente incorrecto: “tú olvida encerrados durante dos horas en el maletero del coche al perro y a la mujer; cuando llegas y les abres, ¿quién de los dos se alegra más de verte?”
J. Cuesta
Digamos que el perro es como aquellas buenas personas que te lo dan todo sin pensar y encima disfrutan haciéndolo anteponiendo su bienestar.
ResponderEliminarParecido a la figura materna..