Veo cada noche a un indigente (sospecho) rebuscando en los contenedores de mi barrio, con un carrito al lado para llevar sus tesoros (sospecho) y su perro tumbado en el suelo, esperando pacientemente como si supiera que su amo está trabajando (sospecho).
Mientras tanto, observo a los indigentes mentales que nos gobiernan sacar pecho porque en abril –que ya no será el mes más cruel (sospecho)- un puñadito de españoles han desaparecido de las kilométricas listas del paro que otros –no ellos- han generado (sospecho).
Un día de estos, cuando ese hombre saque su cabeza de entre la basura, tengo que acercarme despacito para contarle esta gran (sospecho) noticia laboral.
Javier Cuesta
Claro que sí, amigo mío, y si ves que se alegra mucho con la noticia y te animas, se me ocurre que puedes añadirle también al oído, muy bajito, que España va bien; tal vez se lo crea, el pobre hombre...
ResponderEliminarSalvador Fdez.
Si, y recuérdale, que el es sospechoso de tener hambre, sed, frio, de vivir y dormir en un cajero automático...de no tener trabajo, de no tener médico, asitencia social,recuérdale que es sospecho de tener dignidad...
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