La costumbre de las uvas, según cuentan, empezó en el año 1909. Al parecer, ese año, las cosechas de uvas fueron enormes y tuvieron unos grandes excedentes, por lo que tuvieron que ingeniárselas para no desaprovechar todas las uvas que sobraban.
Como tirarlas resultaba algo poco beneficioso para ellos, decidieron propagar un rumor (o leyenda urbana) entre los vecinos de la región, que decía que comer una uva por cada una de las 12 campanadas de fin de año les traería buena suerte. Tanto se propagó este rumor, que años más tarde toda España adoptó esta ‘costumbre’.
Como tirarlas resultaba algo poco beneficioso para ellos, decidieron propagar un rumor (o leyenda urbana) entre los vecinos de la región, que decía que comer una uva por cada una de las 12 campanadas de fin de año les traería buena suerte. Tanto se propagó este rumor, que años más tarde toda España adoptó esta ‘costumbre’.
Realmente, el origen de la tradición de comer las uvas tiene un precedente: un bando municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de 1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero; se utilizaba, además, para beber y hacer cuanto ruido se quisiera. Con este bando José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.
El inicio de esta tradición española no comienza pues en 1909 sino, al menos, en diciembre de 1896 en la Puerta del Sol madrileña, porque la prensa de la capital ya comentaba en enero de 1897: "Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante". Al año siguiente la prensa animaba a esta tradición con un artículo titulado "Las Uvas milagrosas". Esta tradición ya se conoce en toda España en 1903, aunque no será hasta años después que se extienda a todo el territorio nacional.
Ana Nieto